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La clave para enfrentar cualquier crisis


Las crisis enfocan la mente; la economía, la sequía, la guerra, el COVID-19 nos han “ayudado” a centrar la atención en una serie de problemas críticos.





A nivel organizacional, primero que nada los costos, como grandes desafíos. Sin embargo, los líderes con visión de futuro han volteado su mirada a necesidades más amplias como la resiliencia, la transformación y la relevancia de entender bien las necesidades del cliente. Ahí es donde hay muchas oportunidades para quienes se transforman rápido. La innovación ha ascendido de forma drástica en la lista de prioridades de quien está decidido a mantenerse como opción para sus jefes y clientes.


Cada vez son más quienes se dan cuenta que deben aumentar sus esfuerzos y la inversión en transformarse, reconociendo que el poder de la innovación para diferenciarse es más importante que nunca. Sin embargo, sus esperanzas podrían no hacerse realidad si no están preparados para implementar proyectos de transformación que traduzcan las ideas brillantes en resultados tangibles.


No todo el mundo está listo para transformarse rápidamente. La buena noticia es que sí es posible enfrentar el desafío del entorno y mejorar radicalmente la capacidad de ajustarse a las necesidades del cliente actual, pero es necesario acoplar algunos aspectos y no simplemente destinar más presupuesto o talento a los programas existentes. En la mayoría de los casos, unos pocos cambios específicos en las capacidades organizacionales pueden generar beneficios significativos.



¿LISTO PARA COMPROMETERSE?


Una encuesta de 2021 de 1,500 ejecutivos de innovación global encontró que, para la mayoría, la experiencia de COVID-19 ha destacado la importancia crítica de la innovación como una búsqueda de nuevas formas de competir, identificando ideas innovadoras y transformándolas en opciones tangibles para clientes específicos. Según este estudio, el 75 % de los ejecutivos consideran que la innovación es una de las tres prioridades principales en sus empresas (un 20 % más que antes). Un tercio de ellos la señalan como la prioridad número uno. Los resultados fueron consistentes en todas las industrias y regiones geográficas. Más del 60% de las empresas planean impulsar la inversión en innovación, un tercio de ellas de manera significativa.


Pero el compromiso y la inversión por sí solos no son suficientes para garantizar el éxito. Es necesario implementar un sistema de trabajo bien ajustado que pueda transformar las buenas intenciones en valor real.


Quien tenga una forma ordenada de liberar proyectos de innovación enfocados a cubrir necesidades específicas de sus clientes, tiene hasta cuatro veces más probabilidades de generar mayores ventas a partir de nuevos productos, servicios y modelos de negocio, que quien no está listo y simplemente “le echa muchas ganas y más presupuesto”.

Menos del 20% de las empresas están listas para obtener un beneficio real de sus inversiones en innovación. Es probable que muchas empresas no alcancen sus ambiciones porque necesitan mejorar su cultura de gestión. Eso es algo que puede mejorar al adquirir competencias y habilidades adecuadas para enfrentar la incertidumbre y agilizar los proyectos de innovación.


Factores clave para que la innovación sea negocio


Existen cinco factores importantes para que la innovación se enfoque en generar valor:


  1. Claridad y coherencia en los objetivos. Establecer objetivos aspiracionales alineados a la creación de valor, es decir, al escenario para quien provee y quien recibe un producto o servicio, para inventar mejores formas de servir a los clientes y a la sociedad. Los proyectos gestionados con enfoque ágil son ideales para evitar enormes desperdicios y retrabajo.

  2. Dominios de innovación. Enfocar los esfuerzos. Decidir dónde jugar es fundamental. Los mejores innovadores definen oportunidades claras, basan sus estrategias en un conocimiento profundo del cliente y se ajustan ágilmente a las oportunidades cambiantes. Se enfocan en un número limitado de dominios de innovación que realmente pueden aprovechar.

  3. Seguimiento con indicadores. Moverte rápidamente requiere vincular la ambición con indicadores medibles concretos. Dentro de la incertidumbre hay muchas incógnitas que pueden irse aclarando conforme se cuenta con más información. Con ello, no solo se impulsan nuevas ideas prometedoras, sino que también se reconocen y abandonan los fracasos al principio del proceso. La gestión ágil de proyectos brinda información visible para cumplir el famoso precepto: “Si te vas a equivocar, hazlo rápido y cambia”.

  4. Gestión de proyectos. En la actualidad, la innovación efectiva requiere equipos multidisciplinarios empoderados que aporten conocimientos externos del mercado y del cliente para dar forma a las propuestas de valor. El líder de proyecto que se enfoca en hacer cronogramas y cuidar presupuestos quedó en el pasado hace más de 20 años. Los equipos de proyecto deben fortalecer una visión estratégica de la empresa y utilizan esa ventaja y múltiples herramientas de gestión ágil de proyectos en el desarrollo rentable de nuevos productos y servicios.

  5. Talento y Cultura. Fortalecer una cultura organizacional capaz de gestionar ágilmente los proyectos de innovación es una ventaja competitiva realmente difícil de copiar. Es un proceso humano que requiere prioridad y tiempo, pero el resultado puede notarse desde el principio.


Es necesario ir más allá de la buena fe y las intenciones aisladas de innovación. Para construir un éxito duradero y evitar enormes frustraciones y desperdicios, es necesario crear una cultura enfocada a resultados, con procesos de gestión de proyectos ágiles flexibles para guiarnos dentro de la alta incertidumbre del entorno, para con ello, tomar decisiones con los mejores datos posibles, hacia nuestros objetivos relevantes.




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