Todos elaboramos proyectos y requerimos a toda costa mejorar para mantenernos competitivos a nivel personal y organizacional. Existe un gran interés por lograr la Agilidad,con la esperanza de acortar la implementación de cambios urgentes alcanzar las metas.
Este término está de moda, y en general se interpreta como “la capacidad de adaptarse a las necesidades del entorno con facilidad y rapidez”. ¿Será sólo una moda pasajera o será una necesidad real que justifique la inversión de tiempo y esfuerzo en implementación de iniciativas concretas?
Suena como un sueño deseable para todos, pero la realidad es que hoy en día es la principal tendencia de desarrollo para ofrecer productos y servicio de cualquier industria. Para forjar esa agilidad, las organizaciones exitosas que se auto- evalúan como ágiles, son agresivas en la redefinición de sus prácticas de negocios entres principales aspectos:
Implementación de una cultura de gestión del cambio en su equipo. Capacitación, coaching y mentoring para lograr incrementar la capacidad de comunicarse, negociar y gestionar conflictos en aras de lograr acuerdos más rápido y con más posibilidades de hacerse realidad.
Gestión de riesgos. Prácticas y herramientas concretas de gestión de incertidumbre. Buscar hacer más acciones preventivas que correctivas.
Aumento del uso de prácticas y procedimientos estándar pero flexibles, aspecto fundamental para establecer un sistema de mejora continua.
El informe revela un objetivo claro y que se comienza a ver en resultados de algunas empresas pioneras: organizaciones altamente ágiles tienen el doble de probabilidades de ver resultados con éxito en sus nuevas iniciativas, en comparación de sus contrapartes, que aunque tengan buenas ideas y gente bien preparada, tienen procesos de cambio de baja agilidad.
De hecho, la búsqueda de métodos efectivos y no tediosos tiene ya tiempo. Los métodos ágiles surgieron a finales de los años 80 y principios de los 90, con un movimiento en contra los procedimientos de desarrollo de software que se consideraban burocráticos y que no lograban resultados reales: la cantidad de fracasos en proyectos era evidente. A mí me toco intentar implementar la metodología cascada con el entonces conocido “Método Yourdon”, que en ese tiempo era muy famoso.Aunque invertimos interés,cursos, consultoría, nunca logré ver un análisis y diseño completo. Siempre nos ganó la prisa por entregar productos.
La propuesta de modelos de desarrollo iterativos, incrementales y adaptativos era totalmente contraria y muy prometedora, y el tiempo le ha dado la razón. Los métodos ágiles para optimizar la adaptabilidad del cambio, es una filosofía que integra varios enfoques, y está basada entre otras cosas en:
Desarrollo incremental, es decir, ciclos cortos de proyectos con entregas frecuentes de resultados. Es decir evitar proyectos largos donde el beneficio se ve hasta el final.
Un equipo integrado en el que clientes y desarrolladores trabajan juntos y su interacción es muy intensa para lograr acuerdos rápidamente.
Un enfoque adaptativo, capaz de incorporar cambios de una forma sencilla.
Los proyectos siguen teniendo problemas: los sobrecostos, incumplimientos, retrasos son comunes aún. Buscando una solución surge la tendencia de utilizar estos métodos ágiles a todo tipo de proyectos, no sólo los de desarrollo de software.
Implementar esta agilidad en una organización implica cambios importantes de paradigmas y la adquisición de diversas habilidades y conocimientos.
Algunas organizaciones apuestan por ese camino y varias de ellas están logrando resultados concretos. Hoy en día hemos visto como en poco tiempo se ha consolidado esta nueva forma realizar proyectos.
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